miércoles, 26 de noviembre de 2008

Conmemorar a los Martires y Celebrar la Resistencia

Vigilia 2008. 21-23 de Noviembre: Columbos/Fort Benning, Georgia

Conmemorar a los Mártires y Celebrar la Resistencia

La protesta que busca cerrar la Escuela de las Américas y poner fin a la política militarista de los Estados Unidos la iniciaron en 1990 un grupo de tres personas lideradas por el Padre Roy Bourgeois. Esta protesta hoy es parte de la lucha internacional a favor de los derechos y de la justicia global y es una muestra de solidaridad con los miles de personas que han sido asesinadas por los estudiantes- militares de los países de Latinoamérica que han pasado por esta escuela que antiguamente tuvo el nombre de la Escuela de las Américas y que es llamada hoy: Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica.

Tuve la oportunidad de participar junto con mi familia como parte de la delegación de CRLN de Chicago en la Vigilia/protesta realizada el pasado 21-23 de Noviembre en la cual participaron 20 mil personas de muchos lugares de Estados Unidos y personas invitadas de varios países de América Latina entre quienes se destacaron el P. Jon Sobrino quien sobrevivió a una masacre en el Salvador y Abilio Peña líder la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz quienes están amenazados en Colombia.

En realidad no es fácil compartir lo vivido ya que no es el tipo de protestas que hacemos en Colombia y en muchos países de Latinoamérica pero intentare compartir lo que viví y sentí al participar de esta experiencia.

El lema de la protesta fue “Conmemorar a los Mártires y Celebrar la Resistencia” el cual se vivió como una gran muestra de hermandad y solidaridad que me hizo sentir la protesta como una oración donde personas de todo Estados Unidos y de varios países de Latinoamérica nos unimos en un lugar para clamar a Dios por el fin de instituciones y políticas que producen muerte y destrucción en el mundo.

Creo que esta es una protesta que en primer lugar trae a la memoria a los miles de mártires que han sido asesinados por todos los alumnos de esta escuela pero no solo trae a la memoria a los mártires sino que además los mártires toman vida o dicho de acuerdo a la experiencia de Jesús resucitan en cada uno de los participantes y caminantes para gritar a Dios cierren esta escuela que produce asesinos. El padre Sobrino nos recordó las palabras de sacerdote Ignacio Ellacuria, asesinado en 1989 por soldados del ejército del Salvador, quien dijo que la Iglesia tiene la misión de bajar de la cruz a los pobres y creo que en esta protesta no solo estábamos bajando a los pobres de la cruz sino que además estamos contribuyendo para que nuestros mártires continúen viviendo y luchando con nosotros para cerrar la escuela donde fueron educados quienes los asesinaron.

La protesta es como una liturgia donde los que han sido asesinados por quienes fueron graduados como guardines del imperio son llamados a estar presentes con nosotros y nos hacen sentir impotentes antes el poder de los que matan, nos produce dolor, lagrimas y nos animan a seguir trabajando para erradicar de nuestro mundo las políticas y las instituciones que producen muerte.

En la protesta pudimos compartir la riqueza de la resistencia ya que participan personas y familias de todas las edades y de muchos colores con cantos, danzas, disfraces que se burlan de la muerte y de los asesinos. Hay Pancartas, camisetas y símbolos que piden justicia y paz para todos los seres humanos. Me impresiono la participación y la energía de muchos jóvenes en su mayoría de colegios y de universidades católicas que pedían cambio y gritaban con mucha fuerza “cierren de esta escuela de asesinos.”

Escuchamos el grito en forma de canto y de oración que decía “No más víctimas de la escuela de las Américas”. Se hizo la denuncia de cómo esta escuela sigue produciendo muertes en varios países de Latinoamérica y en Irak. Abilio compartió en forma de oración que el ejército de Colombia es el mayor cliente de la Escuela de las Américas y quienes han estudiado en este lugar han contribuido con cerca de dos millones de personas asesinadas, masacradas y desplazadas. Este año seis personas hicieron desobediencia civil y tendrán que pasar meses encarcelados en honor a las víctimas y como denuncia de la muerte que produce esta escuela.

La protesta termina con un símbolo donde el imperio representado en una persona gigante que asusta y quiere devorar a los participantes es derrotado y cae no por la fuerza de las armas sino por la fuerza de la solidaridad y del trabajo no violento colectivo y entonces se inicia una gran fiesta con muchas personas bailando de donde surge una gran pancarta que dice: “Cierren la escuela de las América.”

Este símbolo nos invita a continuar adelante en oración y trabajando junto con el pequeño grupos de personas que iniciaron este movimiento en 1990 y con los 20 mil participantes de este año para ser cada día más personas y seguir avanzando con estrategias de incidencia y volvernos a encontrar el próximo año hasta que logremos hacer el cambio de políticas que permiten el funcionamiento de escuelas que forman asesinos y en su lugar establezcamos nuevas políticas e instituciones que formen defensores de los derechos humanos y constructores de paz.

Milton Mejía

miércoles, 19 de noviembre de 2008

LA PROTECCION DE DIOS. English below

Viviendo con la Seguridad de la Protección de Dios
Salmo 91


Una de las preocupaciones de muchas personas y especialmente de nuestros gobiernos es como vivir protegidos de las diferentes amenazas y peligros que hoy existen en nuestro mundo.

Creo personalmente que hay muchas razones para vivir preocupados ya que si leemos o vemos las noticias nos damos cuenta que abundan amenazas de guerras, terrorismo, de enfermedades, de crisis económicas y mucha que ustedes conocen.

Nuestros gobiernos y personas muy ricas gastan mucho dinero en armas y vigilancia para tener seguridad y protección pero las preguntas son: ¿pueden las armas y la vigilancia darnos seguridad? y ¿Cómo podemos vivir con seguridad y protegidos de tantas amenazas?

Nuestra experiencia y la Biblia nos dice que las armas y la vigilancia no garantizan la seguridad y en cambio ponen en peligro nuestras vidas e incluso el mundo que Dios ha creado.

Un ejemplo de lo que comparto es la situación de Enrique Petro un campesino Colombiano que es parte de mas de 15 mil personas que fueron obligados por grupos paramilitares en colaboración con el ejercito colombiano a salir desplazados de sus tierras con amenazas y asesinatos.

En las tierras que eran de estos campesinos desplazados grupos económicos nacionales e internacionales con el apoyo del gobierno colombiano iniciaron el cultivo de palma para producir etanol o como llaman hoy biocombustible.

Enrique Petro nunca se resigno a perder sus tierras y logro animar a un grupo de campesinos para regresar. Como el gobierno no les garantizaba la seguridad para regresar y los grupos paramilitares los amenazaban diciendo que si regresan los mataban buscaron apoyo de organizaciones de derechos humanos y de iglesias en Colombia y en países de Europa y de Estados Unidos.

Tuve la bendición de participar en esta experiencia de retorno de los desplazados en la cual participaron cerca de 120 familias y un grupo de acompañantes de varias organizaciones de Colombia y de otros países y durante el retorno que duro varios días una mañana me despertó un canto que decía “Sin Dios nada somos en el mundo sin Dios nada podemos hacer, ni las hojas de los arbole se mueven si no es por su poder.

El que cantaba era Enrique Petro y cuando le pregunte que significaba para el este canto me dijo que Dios era quien lo estaba protegiendo de las amenazas y le daba seguridad para seguir adelante en sus propósito de recuperar sus tierras.

Le pregunte a Enrique si no tenía miedo y ¿como se sentía protegido por Dios ante el ejército y los grupos paramilitares? Y me respondió con palabras muy parecidas a las que están el salmo 91
Estudiando este Salmo vemos a una persona que esta en una situación de peligro. Podemos ver que los peligros son muchos: trampas del cazador, terror, flecha, peste, plaga y de números de mil y diez mil de cosas que le pueden hacer daño.

Pero con tantos peligros esta persona describe la protección de Dios como habitar en un lugar al cual llama abrigo del altísimo, un lugar acogedor como la sombra del todopoderoso. Llama a Dios refugio y fortaleza. La afirmación es que podemos vivir en un lugar cuya seguridad esta garantiza por el mismo Dios.

Afirma que Dios lo libera de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, cubriéndolo con sus plumas y dándole refugio en sus alas por lo cual no temerá al terror de la noche, ni a la flecha del día, ni a la plaga que destruye al medio día. Aquí el énfasis esta en la protección de los peligros de la vida tanto durante la noche como durante el día.

En otras palabras hay seis imágenes de la protección de Dios: Dios es como un abrigo, sombra, refugio, fortaleza, plumas o alas, escudo y coraza que garantizan que nada nos hará daño en ningún lugar, ni en ningún tiempo.

El salmo nos muestra que hay muchos peligros y amenazas pero que Dios nos garantiza un lugar donde nosotros podemos vivir seguros si confiamos en su protección. El testimonio y la vida de Enrique Petro nos indican que esta protección de Dios sigue estando con las personas que nos atrevemos a confiar en Dios.

Hoy conocemos que las amenazas contra Enrique y contra las personas que retornaron a sus tierras continúan pero sabemos que la confianza en Dios se mantiene firme y que Dios esta permitiendo que la presencia de acompañantes de organizaciones nacionales e internacionales se mantenga y se haga mas fuerte para garantizar la protección de los desplazados sin ningún tipo de armas.

Dios esta permitiendo que más campesinos desplazados se decidan a regresar a sus tierras y tanto en Colombia como en otros países se esta despertando la conciencia que hay que apoyarlos ya que si regresan a sus tierras también se podrá detener el cultivo de la palma que esta poniendo en peligro la gran biodiversidad que hay en esta región.

Hermanos y hermanas la Biblia y la experiencia de hombre y mujeres de fe que se atreven a confiar en Dios nos dice que nosotros también podemos poner nuestra confianza en Dios y debemos celebrar con alegría porque en un mundo con tantas amenazas podemos vivir con la seguridad de la protección de Dios.

Pero también nos dice que unidos con otros podemos ayudar a ser abrigo, sombra, dar refugio, acompañar a comunidades que tienen amenazadas sus vidas y dar protección con lo cual damos testimonio de nuestra fe en Dios.

Y así juntos, nosotros en los Estados Unidos y los desplazados en Colombia podemos celebrar y dar gracias a Dios porque nosotros podemos vivir y disfrutar de la seguridad de estar habitando como en un refugio donde tenemos la protección de Dios.


Living with the Security of God's Protection,
Psalms 91:1-8

One of the worries of many people and especially of our governments is how to live protected from the different threats and dangers that exist today in our world.

I personally believe that there are many reasons to live being worried. Now that we read or see the news, we realize that threats of war, terror, sickness, economical crisis, and many things you know are abundant.

Our governments and very wealthy people spend a lot of money on arms and vigilance in order to have security and protection, but the questions are: can arms and vigilance give us security? And how can we live securely and protected from so many threats?

Our experience and the Bible tell us that arms and vigilance do not guarantee security, but rather endanger our lives and the world.

An example of what I am sharing is the situation of Enrique Petro, a Colombian farmer who is a part of more than 15 thousand people who were forced by paramilitary groups in collaboration with the Colombian army to leave, displaced from their lands by threats and assassinations.

In the land that belonged to these displaced farmers, national and international economical groups with the support of the Colombian government initiated the cultivation of palms to produce fuel, or as they call it today, biodiesel.

Enrique Petro never resigned to loosing his land and he was able to encourage a group of farmers to return even though the government never guaranteed security to return and the paramilitary groups threatened them by saying that if they returned, they would kill them. They looked for help from human rights organizations and churches in Colombia and in the countries of Europe, Canada and the United States.

I had the blessing of participating in this experience of the return of the displaced in which nearly 120 families and a group of accompaniers from various organizations from Colombia and other countries. During the return, which lasted several days, one morning a song awoke me that said, “without God we are nothing in the world, without God we can do nothing, not even the leaves of the trees move if not by His power."

It was Enrique Petro who was singing, and when I asked him what this song meant to him, he told me that it was God who was protecting him from the threats and gave him security to continue ahead in his purpose of regaining his land.

I asked Enrique if he wasn't afraid and how he could feel protected by God in front of the army and the paramilitary groups. He answered me with words very similar to those in Psalm 91.
Studying Psalm 91, we can see the person who wrote it in a situation of danger. We can see that dangers are many like the traps of the hunter, terror, arrows, pest, plague and a thousand and ten others things that can do him harm.

But with many dangers this person describes the protection from God as being in the place of the highest defender, a sheltered place like an all powerful shade. He calls on God for refuge and strength. The affirmation is that we can live in a place whose security is guaranteed by God.

He affirms that God frees him from the traps of the hunter and from frightening plagues, sheltering him with His feathers and giving Him refuge with His wings from which he will not be fearful of the night, nor the arrow of the day, nor of the plague that destroys at mid-day. Here the emphasis is on the protection of the dangers of life during the night as well as the day.

In others words there are six images of the protection of God. God is like cover, shade, refuge, strength, feathers or wings, shield and armor that guarantee that nothing will harm us in any place and any time.

The Psalm 91 shows us that there are many dangers and threats; but God guarantees a place that we can live securely if we trust in His protection. The testimony and life of Enrique Petro shows us that this protection from God continues being with people who dare to trust in Him.

Today we know that the threats against Enrique and against people who return to their land continue, but we know that confidence in God remains firm, and that God is permitting that the presence of accompaniers from national and international organizations maintains and makes stronger the guarantee of protection of the displaced without any kind of arms.

God is permitting that more displaced farmers decide to return to their land as much in Colombia as in other countries. Consciousness is awakening that also there has to be support now that if they return to their land, the cultivation of palms that are putting the biodiversity of this region in danger has to be stopped.

Brothers and sisters, the Bible and the experience of men and women of faith who dare to trust in God tells us that we can also put our confidence in God, and that we should celebrate with joy because in this world with so many threats we can live with the security of the protection of God.

But it also says that united with others we can help to be shelter, shade and refuge accompanying communities that have their lives threatened and gives protection with which we give testimony to our faith in God.

And so together, we in the United States and the displace people in Colombia can celebrate and give thanks to God because we can live and enjoy the security of living as in the shelter where we have the protection from God.

Milton Mejia.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Esperanza en el servicio a Dios

Sufrimientos y Esperanzas en el Servicio a Dios
Lamentaciones 1:1-6. Lucas 17: 5-10.

Los textos bíblicos nos ayudan a comprender y vivir el dolor de un pueblo que sufre la destrucción y el destierro y nos muestran la importancia de la fe en Dios para entender que cuando nos comprometemos como sus siervos solo estamos cumpliendo nuestro deber.

Veamos en los textos bíblicos y en nuestra experiencia de servicio a Dios como entendemos y sentimos esta experiencia:

1. Sufrimientos y Destierros de Ayer y de Hoy

El poema de la primera lamentación nos muestra el dolor de un pueblo que ha sido destruido. Las siguientes expresiones nos muestran el horror de esta destrucción: “Que solitaria esta la ciudad populosa, se ha quedado viuda, esta sometida al trabajo forzoso, pasa la noche llorando, no hay quien la consuele, marcho al destierro humillada y esclava, aun sus niños marcharon al destierro.”

Hoy desde nuestra experiencia en Colombia podemos comprender con más facilidad este texto.

Nuestro país es hermoso, los colombianos somos gente alegre que nos gusta disfrutar de la amistad, de la fiesta y amamos el vivir en paz. Colombia también es un país con mucha riqueza y con toda clase de recursos como petróleo, carbón, esmeraldas, flores, café, es el tercer país en el mundo con mayor biodiversidad y con grandes fuentes de agua.

Lamentablemente esta riqueza no la estamos disfrutando la mayoría de los colombianos. En nuestro país las riquezas están concentradas en un pequeño grupo de familias que se han mantenido como gobernantes, mientras cerca del 60% de la población vive en la pobreza.

Estos gobernantes presentan a Colombia como una democracia, pero en realidad nuestro país lo que se ha vivido es la eliminación sistemática de los partidos políticos y de todas las personas que han intentado hacer reformas para hacer posible una democracia real y produzca bienestar para todos los colombianos.

La respuesta de muchos colombianos a los que han gobernado de manera excluyente ha sido la de crear grupos guerrilleros. Esta es la razón por la cual nuestro país ha vivido en una guerra interna en los últimos 50 años que ha dejada cerca de 4 millones de colombianos que han tenido que pasar por la experiencia del desplazamiento, del destierro y del horror de la violencia. Tenemos más de quinientos mil colombianos buscando refugio en muchos países de LA, Europa y Norte América.

El autor de las lamentaciones al intentar dar una respuesta a la situación que está viviendo dice que ella ha sido provocada por los pecados y es como un castigo de Dios. Pero cuando leemos con detalle el texto bíblico nos damos cuenta en el versículo 10 que dice: “El enemigo ha echado mano de todos sus tesoros”. Con esto entendemos que la destrucción de la ciudad y el destierro del pueblo son producidos por el deseo de robar los tesoros y la riqueza del país.

Cuando nos preguntamos a que se debe tanto horror en nuestro país y analizamos un poco sus causas nos damos cuenta que detrás del asesinato y del destierro de tanta gente está el interés de los grupos que han gobernado que unidos con grupos económicos internacionales se apropian de las riquezas que están en las tierras de las comunidades campesinas, de los grupos indígenas y de grupos afro-colombianos quienes en su mayoría han sido los desplazados de sus tierras.

Este interés de apropiarse de estas riquezas lo han escondido en la lucha contra el narcotráfico, el la lucha contra el terrorismos y por eso encuentran apoyo de gobiernos extranjeros como el de Estados Unidos que en los últimos años ha dado al gobierno colombiano mas de 5 mil millones de dólares con los cuales se ha profundizado la crisis humanitaria de millones de colombianos y se ha incrementado la guerra.

2. La Fe y la Esperanza de Justicia en el Servicio a Dios

Nuestra fe en Dios es como una semilla de mostaza y nuestro deseo de servirle nos hace mantener la esperanza de un mundo donde todos los seres humanos vivan con justicia, felices y como miembros de la familia de Dios.

La fe nos hace ver más allá de las apariencias y el servicio a Dios nos compromete en el trabajo por mundo más justo y en paz. Por esta razón cuando descubrimos las injusticias somos movidos por el espíritu de Dios a trabajar por aquellos que son violentados y despojados de lo que Dios les ha dado para que vivan y disfruten de lo creado por Dios.

Los que han gobernado Colombia han sido muy hábiles y han logrado mostrar a muchos colombianos y gobiernos de otros países que en nuestro país hay una democracia fuerte y que están luchando contra el terrorismo y el narcotráfico.

La realidad dice lo contrario. En estos momentos está demostrado que en varias regiones del país los narcotraficantes y paramilitares obligaron con amenazas a muchos ciudadanos a votar y de esta forma elegir sus candidatos.

En estos momentos hay cerca de 35 congresistas encarcelados por haber pedido y recibido apoyo a estos grupos en sus campañas donde fueron elegidos. Estos congresistas todos hacen parte de la coalición que eligió al actual presidente de Colombia.

El gobierno con su política de seguridad democrática ha logrado convencer a muchos colombianos y a varios gobiernos entre los cuales esta el de Estados Unidos que la situación en Colombia está mejorando para que grupos económicos hagan negocios en nuestro país. Muchos de estos negocios se están desarrollando en tierras donde fueron desplazados campesinos, indígenas y afro-colombianos.

Hermanos y hermanas nuestra fe y esperanza en Dios nos ha movido como IPC a estar con los que sufren y son despojados de sus tierras en Colombia. Esto ha traído consecuencias para la iglesia, la cual ha sido acusada por organismos de inteligencia en Colombia de estar apoyando a la guerrilla.

Hemos pasado y estamos viviendo el destierro pero no somos los únicos, hay muchos colombianos desterrados en la misma Colombia y en otros países. Mucha gente nos pregunta por que ponemos en riesgo nuestra vida y ante esto respondemos lo que dice el versículo 10 de Lucas 17: “Somos simples siervos de Dios y solo estamos cumpliendo con nuestro deber.”

Por esta razón agradecemos sus oraciones y solidaridad y les invitamos que continúen apoyando a las comunidades desplazadas en Colombia, a las iglesias y organizaciones cristianas, derechos humanos en su trabajo de acompañar y apoyar los esfuerzos de comunidades campesinas, indígenas y afro-colombianos para que se les haga justicia y puedan regresar a sus tierras y ser felices como es el deseo de Dios.

Dios les bendiga.

Milton Mejía

lunes, 3 de noviembre de 2008

Presentación en la Conmemoración de IRTF en Cleveland

En el Camino con los Mártires de Ayer y de Hoy

Me siento muy honrado al estar con ustedes en esta reunión con la cual conmemoran y mantienen viva la memoria los mártires de Centro América y Colombia y en especial de Maura, Jean, Ita y Dorothy quienes fueron asesinadas en el Salvador en diciembre de 1980.

Mantener viva la memoria de nuestros mártires no es fácil ya que tenemos la tendencia a olvidar muy fácil por diversos motivos. Al respeto recuerdo el libro: “El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince, un colombiano que intenta mantener viva la memoria de su padre, un defensor de los derechos humanos asesinado por paramilitares en 1987. El libro termina diciendo “Mi padre sabía, y ese, quizás, es otro de nuestro frágil consuelo, es que yo lo iba a recordar siempre, y que lucharía por rescatarlo del olvido al menos por unos cuantos años más, que no se cuanto duren, con el poder evocador de la palabra”

Hoy estamos aquí igual que Héctor tratando de no olvidar a personas con la cuales compartimos la vida y la fe. Héctor escribió un libro para mantener viva la memoria de su padre, ustedes mantienen viva la memoria de estas cuatro mujeres con esta reunión cada año y conocemos en Colombia muchas experiencias de comunidades que crean símbolos, monumentos, oraciones, poesías y canciones para que sus mártires sigan vivos entre ellos animando el trabajo por una sociedad más justa donde todos podamos vivir con justicia y paz.

Creo que todas estas formas son muy valiosas y debemos mantenerlas pero es importante que conozcamos como Jesús, el primer mártir del cristianismo nos enseño que los recordáramos para que no tengamos posibilidad de olvidar a todos los mártires que viven, mueren y resucitan como Jesús.

En Lucas 24: 13-35 el Jesús que fue martirizado en la cruz y ha resucitado está en el camino con dos de sus discípulos, sin que ellos lo reconozcan. Jesús está enseñándoles a entender lo que significo que los judíos y los romanos lo asesinaran en la cruz a la luz de lo que dijeron los profetas y de lo que decían las escrituras.

Este dialogo de Jesús con sus discípulos me recuerda una conversación que tuve hace algunos años con Iván Cepeda, uno de los líderes del Movimiento de Victimas en Colombia. Iván está trabajando para que se conozca la verdad sobre todos los crímenes que se han cometido contra millones de colombianos, para que haya justicia, reparación para las víctimas y buscar mecanismos para que este horror no se repita nunca más.

Iván Cepeda se estaba recuperando del terrible dolor del asesinato de su padre realizado por paramilitares en complicidad con el ejército. El padre de Iván fue senador de unos de los partidos políticos de oposición en Colombia. Iván había estado fuera de Colombia con toda su familia ya que habían sido amenazados para que no exigieran justicia.

Recuerdo que ese dialogo se realizo en una cafetería en Bogotá y entre las cosas que me Iván dijo recuerdo con mucha claridad lo siguiente: “Es imperativo transformar el sistema que produce el genocidio, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, el secuestro, el desplazamiento forzado. Los derechos humanos son la vía más universal para construir ese ideal de convivencia justa: la democracia.”

Iván como Jesús había pasado por la experiencia de la muerte de su padre y creo que en aquel dialogo él me estaba hablando como el Jesús resucitado sin que yo me diera cuenta. Iván es una de las personas que me ha ayudo a entender que los cristianos tenemos que ayudar para aliviar el dolor de los que sufren con ayuda humanitaria y social pero que esto no es suficiente para hacer realidad el mensaje de Jesús.

En el texto bíblico cuando Jesús se sienta a la mesa y comparte el pan es cuando a los discípulos se le abren los ojos y lo reconocen. De esta forma a partir de dos desconocidos Jesús el que había sido asesinado en la cruz se hace presente de nuevo entre ellos pero ahora resucitado. El sentarse a la mesa y compartir el pan es lo que le permite a los discípulos identificar a Jesús. Compartir la mesa y el pan es el deseo de Dios y fue lo que intento hacer realidad Jesús y por lo cual lo asesinaron en la cruz.

Mantener viva la memoria de Jesús y de todos los mártires en la historia es mantenernos trabajando por una sociedad donde compartamos pan, alimentos y bebidas abundantes para todos. Alegría y fiesta para que todos los seres humanos podemos vivir de manera digna. Este ha sido el deseo de Dios en la historia, por esto fue asesinado Jesús en la cruz, por esto resucito y en Lucas Jesús mismo nos enseña que la forma de mantener viva su memoria es seguir trabajando para que el deseo de Dios se haga realidad entre nosotros.

El dialogo con Iván Cepeda me hizo pensar que el Jesús resucitado aun vive en nuestras ciudades y zonas rurales en las personas que han sido víctimas de la violencia, en las personas que han experimentado la muerte en ellos mismo o en la vida de sus familiares y cuando compartimos con ellos nos recuerdan que los cristianos debemos comprometernos con la voluntad de Dios la cual es que en nuestro mundo haya justicia y de esta manera podamos vivir en paz y con democracias verdaderas.

La experiencia de muerte y de resurrección de Iván Cepeda no es la única en Colombia. El padre de Iván fue el último senador asesinado de la Unión Patriótica, partido político al que han exterminado asesinando a más de 5 mil de sus líderes y militantes. Por este es solo un ejemplo de los miles que hay en Colombia. La violencia que ha vivido mi país en los últimos 50 años se ha caracterizado por la eliminación de las personas y los grupos sociales y políticos que intentan hacer reformas políticas y sociales que traigan benéficos a los más pobres.

Esta violencia llevo a que sugieran en los años de 1950 grupos guerrilleros organizados por los liberales los cuales después se pusieron de acurdo para gobernar junto con los conservadores. Los líderes de esta guerrilla liberal que no estuvieron de acuerdo en esta forma de resolver el conflicto se organizaron en los años de 1960 como guerrillas comunistas que se mantienen activas en nuestros días.

En los últimos 15 años esta guerra se ha degradado y ha convertido a Colombia en el país que vive la mayor crisis humanitaria de nuestro hemisferio. Tenemos más de 4 millones de personas desplazadas, mas 500 mil colombianos que han buscado refugio y asilo en otros país, mas 30 mil asesinados por razones políticas. Quienes más sufren son civiles que trabajan por los derechos humanos, los grupos indígenas y las comunidades afro colombianos que son víctimas de amenazas, asesinatos y desplazamientos para robarles sus tierras. Hoy en las tierras de los desplazados los grupos económicos nacionales e internacionales están desarrollando proyectos económicos para el comercio internacional.

La degradación de la guerra se produce debido a que el ejército y personas muy ricas vinculadas al narcotráfico organizaron grupos paramilitares para atacar a las guerrillas pero en realidad han atacado a las personas y a las comunidades que viven en zonas donde ellos consideran que hay simpatizantes de la guerrilla.

En los últimos 6 años el gobierno de Estados se ha vinculado a esta guerra apoyando al gobierno colombiano con cerca de 6 billones de dólares con el objetivo de acabar con el narcotráfico y la guerrilla pero cifras de Naciones Unidas nos dicen que la producción de drogan en Colombia no disminuye y si bien las guerrillas han sido golpeadas ya que el ejército colombiano ha crecido y se ha fortalecido aun estos grupos se mantiene realizando acciones de violencia en las ciudades y en zonas rurales de Colombia.

El gobierno actual de Colombia se ha caracterizado por acusar a los defensores de derechos humanos, a líderes de las comunidades, a los sindicalistas y a todos los que se oponen a sus políticas de ser guerrilleros o de ser terroristas. Esto ha producido que se incrementen las amenazas y los asesinatos contra los grupos y las comunidades que intentan buscar la paz por medios no violentos y que están comprometidos en la defensa de los derechos humanos.

Las Iglesia Presbiteriana en Barranquilla con otras organizaciones de derechos humanos han desarrollado por más de 10 años un programa de acompañamiento a los desplazados y cuando encarcelaron a uno de los abogados que trabaja con nosotros descubrimos que los organismos de inteligencia consideraban que este programa era para apoyar a la guerrilla. Ante esta situación la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos creó un programa de acompañamiento para apoyar a la iglesia presbiteriana en Barranquilla en su trabajo con los desplazados.

Después descubrimos un plan donde personas de organismos de inteligencia estaban ofreciendo dinero a un desplazado para que colaborara en un plan para asesinar a tres de los que estábamos trabajando con los desplazados en Barranquilla. Los tres tuvimos que salir del país para proteger nuestras vidas.

Ser amenazado y desplazado es una experiencia muy dolorosa y en algunos momentos se siente como si lo mataran a uno poco a poco. Les doy gracias a Dios por el apoyo y la solidaridad de muchas iglesias y personas en Estados Unidos y otros países que escribieron al gobierno colombiano pidiendo protección para nuestras vidas y que nos han apoyado para que podamos vivir y estudiar en este su país.

Con su apoyo y acompañamiento poco a poco hemos estado como resucitando y hoy mantenemos firme nuestra convicción que los cristianos podemos aportar en la transformación de los sistemas sociales que producen el genocidio, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, el secuestro, el desplazamiento forzado. Y que defender los derechos humanos son la vía más universal para construir ese ideal de convivencia justa: la democracia.”

Por esto creo que debemos fortalecer lo que Jesús nos enseño en Lucas 24. Nuestros mártires no mueren, ellos siguen caminando con las víctimas de los sistemas que producen muerte y Jesús nos enseña que debemos compartir con ellos la mesa y el pan. La mesa y el pan compartido son un símbolo de los que Dios desea para todos los seres humanos. Este símbolo muchas veces los reducimos a la eucaristía como una esperanza para el futuro pero los primeros cristianos lo vivieron todos los días ya que consideraban que Jesús vino a traer vida digna y abundante para todos pero especialmente para quienes son victima de la violencia y de la pobreza.

Ustedes pueden contribuir con la voluntad de Dios de la mesa y el pan compartido y con la búsqueda de vida digan en Colombia. Además de orar ustedes pueden pedir a su congreso que no autorice más ayuda militar y que no ratifique el tratado de libre comercio con Colombia ya que esto aumentara la violencia y la pobreza en mi país. Con estas peticiones ustedes se unirán a millones de colombianos y a miles de ciudadanos de Estados Unidos que estamos trabajando por el proyecto del Jesús resucitado que compartió en el camino con sus seguidores.

También es importante que las iglesias en Estados Unidos incrementen el acompañamiento a las comunidades de paz, a las comunidades de campesinos y afro colombiano que retornan a sus tierras, a los grupos indígenas, a los sindicalistas y a los defensores de derechos humanos que mantienen su trabajo gracias a la presencia de personas solidarias internacionales que viven entre ellos y con esto contribuyen a su protección.

Creo que todas estas acciones pueden ser símbolos de lo que nos enseño Jesús al compartir la mesa y pan. Con esta acciones estamos contribuyendo a mantener viva la memoria de Jesús, de nuestros mártires y estamos contribuyendo para que no haya más crucificados, no haya más personas asesinadas, desaparecidas, desplazadas por trabajar para hacer realidad una nueva sociedad donde podamos vivir con justicia, con democracia verdadera y con una paz que sea fruto del respeto a los derechos humanos y del cuidado de la creación de Dios.

Milton Mejia
28th Annual Commemoration of the Martyrs of Cenral America and Colombia. The InterReligious Task Force on Central America. Cleveland, Nov. 2, 2008.