viernes, 29 de octubre de 2010

Preparan Proyecto de Paz y Reconciliación

Organizaciones Cristianas y de Educación Teológica de Colombia y Holanda preparan Proyecto de Paz y Reconciliación.

Iglesias, organizaciones ecuménicas e instituciones de educación teológica de Colombia y Holanda preparan el desarrollo de un proyecto en el cual trabajaran de manera conjunta en experiencias que permitan la reflexión y producción bíblica y teológica sobre paz y reconciliación.

El objetivo principal del proyecto es Iniciar y desarrollar relaciones de reciprocidad entre iglesias, organizaciones ecuménicas e instituciones de educación teológica que permitan un proceso de reflexión entre teólogos, teólogas y pastores, pastoras en Holanda y América Latina, en especial Colombia sobre un tema que es de gran relevancia para ambos contextos, como es el de la reconciliación.

El proyecto hará énfasis en la experiencia de como convivir en un mundo dividido usando el diálogo y la interacción a nivel académico y en la convivencia en congregaciones eclesiales y comunidades locales. El método de la Lectura intercultural de la Biblia será hilo conductor para la implementación del proyecto. Para el desarrollo del proyecto una persona que trabajara como obrero fraternal estaría tres meses en Holanda y tres meses en Colombia dos veces al año teniendo la experiencia de la convivencia, la reflexión y la producción teológica.

La justificación del proyecto está sustentada en la urgencia de una reflexión bíblica sobre reconciliación teniendo en cuenta que su significado bíblico incluye también la cuestión de la justicia, el castigo de los culpables y el perdón. A partir de esta experiencia se busca tanto en Colombia, como en Holanda tener nuevas perspectivas de relaciones entre iglesias y organizaciones ecuménicas rompiendo con la asimetría del modelo tradicional misionero y buscando el cambio de paradigma que llevará a un intercambio de igual a igual, en diferentes contextos donde se comparte reflexión teológica en comunidades de fe locales.

En este proyecto están involucrados: la Comisión de Restauración, Vida y Paz – CEDECOL, la Universidad Libre en Holanda, iglesias de Holanda, Kerkie in Actie, JUSTAPAZ, la Iglesia Menonita de Colombia, la Fundación Universitaria Bautista de Cali, el Seminario Menonita; Universidad Javeriana (Facultad de Teología), Mencoldes y la Corporación Universitaria Reformada de Barranquilla. Representantes de estas organizaciones han realizado reuniones para avanzar en la concreción del este proyecto que está planeado para iniciarse durante el año 2011.

Escrito para: Observatorio Iglesia y Sociedad en Colombia

jueves, 7 de octubre de 2010

Pensando en la Misión desde la Paz y la Reconciliación

En primer lugar agradezco esta invitación y me alegra compartir con muchos de ustedes nuevamente que nos acogieron por cerca de tres años como parte de la PC (USA) en este país.

No es fácil en estos momentos compartir sobre la misión de la iglesia en una perspectiva de incidir por la paz y la reconciliación. Esto en razón que en mi país parece que está triunfando una lógica que la paz se puede lograr con una estrategia militarista que se ha venido aplicando de manera continuada entre los últimos gobiernos de Colombia y los Estados Unidos.

Por otra parte el conflicto en mi país pierde interés de la comunidad internacional, de muchas iglesias y organismos ecuménicos de cooperación que en los últimos años han estado concentradas en cómo dar respuesta a la crisis económica que estamos viviendo en el mundo. Estos dos aspectos soportan la siguiente reflexión con los desafíos que les propongo.

Planear la misión en medio la crisis económica con una lógica des mercantilizada
Tenemos que reconocer que las crisis económica ha afectados a todos las personas y se ha sentido en todos los países. Esta crisis es una de las razones que nos tiene revisando la misión y el funcionamiento de nuestras iglesias y organismos ecuménicos en todas partes. El asunto es que para responder a esta crisis y permanecer fieles a Dios no podemos hacerlo desde la lógica económica con la cual funciona el mercado. Nuestra costumbre general es que necesitamos asegurar los recursos económicos para hacer misión pero hoy estos recursos no los tenemos garantizados y los que teníamos se han reducidos.

Ante esta situación la tendencia es a reducir la misión en todos los ámbitos y pensar en cómo conseguir recursos para seguir adelante con el llamado que Dios nos está haciendo. La pregunta es ¿Cómo hacer misión sin poner como primera condición que tenemos que asegurar los recursos económicos? Creo que no hay respuesta o recetas. Tenemos que intentar desarrollar experiencias donde tratemos de romper con esta lógica y les comparto una: El CNI y CWS de Estados Unidos acabaron de hacer una visita a Colombia para mostrar solidaridad a los desplazados y fortalecer la incidencia por la paz en la región. Esta visita casi no se realiza ya que no teníamos los recursos para recibir a la delegación en hoteles en nuestros países. Ante esta falta de recursos garantizados los líderes de las iglesias en Colombia ofrecieron recibir a la delegación en sus casas. De esta forma La visita se realizó sin tener los recursos garantizados. Hoy después de la visita tenemos expectativa de fortalecer relaciones entre iglesias y organismos ecuménicos de América Latina y Estados Unidos en un trabajo conjunto de solidaridad con los desplazados, los migrantes y la paz en Colombia.

Pero no es fácil tener experiencias como esta. Hay un aspecto que presento a continuación que necesitamos tener en cuenta para no dejarnos guiar por una lógica economicista.

Develar y romper con la idolatría al dios del mercado

Para empezar a romper con una lógica no mercantil o economicista es bueno recordar que en América Latina y en otros países del mundo hay teólogos y teólogas que afirmamos que este modelo económico que ha generado esta crisis ha configurado una forma de cristianismo que está influyendo en nuestra forma de ser iglesia. Este es un cristianismo donde se hace énfasis en la guerra para erradicar el mal, pone su centro en el crecimiento, en la prosperidad y en un racionalismo frio que solo busca la preservación de la iglesia como institución. En este cristianismo el Dios bíblico ha sido remplazado por mamon que pone precio a todo. Es un cristianismo sin la gracia de Dios para todos los seres humanos, sin un compromiso por la paz, la reconciliación y la transformación social. Este cristianismo anula la diversidad y se siente con el mandato de Dios de eliminar el mal del mundo.

Las iglesias tenemos que revisarnos a ver hasta donde hemos sido influenciados por este falso dios y cristianismo para empezar a trabajar en el siguiente aspecto.

Recuperar la espiritualidad bíblica y aprender de grupos indígenas y afros

Necesitamos recuperar la espiritualidad bíblica. En la biblia la espiritualidad es parte del cuerpo, dicho en otras palabras sin cuerpo no hay espiritualidad. Nuestra cultura accidental racionalista e instrumental ha separado el cuerpo del espíritu y le ha quitado el espíritu de Dios a su creación. El modelo económico en que vivimos por esto considera que todos somos recursos humanos y toda la creación de Dios es un recurso natural. En esta lógica todo recurso tiene valor económico y su utilidad está en que produzca ganancias para unos pocos.

En América Latina quienes luchan de manera más clara por no dejarse influenciar con esta lógica mercantil son las comunidades indígenas y afro descendientes. Ellos hacen esta lucha desde su espiritualidad que concibe que el espíritu de la vida está tanto en nosotros como en la naturaleza. Es una espiritualidad que concibe que todo está conectado e interrelacionado. Todo es sagrado ya que tiene el mismo origen. Según estos pueblos somos una red de relaciones en conexión permanente que cuando la naturaleza sufre nosotros también sufrimos. Creo que esta es la misma metáfora que Pablo aplica a la iglesia cuando afirma que ella es el cuerpo de Cristo donde mora el espíritu de Dios. Los indígenas usan una metáfora parecida afirmando que en toda la creación habita el espíritu de Vida. Esta perspectiva no es antigua de los indígenas. Hoy la ciencia afirma que nuestro planeta es un organismo vivo que siente cuando se hace violencia contra él.

A partir de estos tres aspectos creo que para tener una entendimiento de la misión que ayude a incidir en la superación de las raíces de la violencia desde una perspectiva bíblica donde la paz es fruto de la justicia necesitamos romper con la lógica del dios del actual sistema económico. En lugar de esta lógica necesitamos trabajar juntos para reconstruir la misión como relaciones de trabajo conjunto y de aprendizajes mutuos donde lo central es la gracia de Dios, el cuidado de su creación y la solidaridad entre nosotros. Este es el gran desafío de incidencia que tenemos para superar la violencia y hacer una posible la paz donde nos reconciliemos con Dios, entre los seres humanos y con su creación.

Milton Mejía
Presentación realizada en Mission Crossroads. Conference 2010
Lousville,KY. 1-10-10

domingo, 3 de octubre de 2010

Las Iglesias y su aporte a la construcción de una Sociedad Justa

En primer lugar agradezco a la Comisión Inter eclesial de Justicia y Paz la invitación a participar en este encuentro sobre fe-política. Agradezco el aporte que he recibido de todos y todas ustedes durante estos días. Las experiencias de las comunidades que participan en este encuentro me ayudan a iluminar la práctica eclesial en la que he venido participando hace más o menos 25 años. Esta práctica eclesial se da en una experiencia concreta que es la Iglesia a la cual pertenezco de la cual he sido pastor durante 15 años. Esta es una Iglesia protestante, en algunos sectores más conocida como Iglesias evangélicas las cuales venimos de la tradición protestante o como se conoce la reforma protestante del siglo XVI.

La Iglesia presbiteriana que surge en esta reforma, tiene su origen en Juan Calvino, por esto también se nos llaman Iglesias Calvinistas. A Calvino en la historia se le reconoce por sus reformas al gobierno de la iglesia. Por ejemplo, mientras Lutero, que fue otro reformador mantuvo la estructura jerárquica de obispos. Calvino cambió el gobierno de la Iglesia. El propuso un gobierno a partir de los presbíteros que es una palabra que significa anciano. Calvino estableció que la iglesia debe ser gobernada por cuerpos donde no hay unas personas superiores a otras. Desde esa tradición las iglesias presbiterianos hemos desarrollando nuestro gobierno por medio de cuerpos colegiados elegidos por líderes de las comunidades donde participan presbíteros, algunos son presbíteros pastores y otros presbíteros que no son pastores pero que juntos gobiernan la Iglesia.

Además Calvino en su experiencia en Ginebra introdujo que la Iglesia tenía que participar de la búsqueda del bien de toda la sociedad. Por esta razón los diáconos organizaron hospitales para tener un sistema de salud pública, establecieron la educación gratuita para los niños, Calvino organizó la Universidad de Ginebra y estableció formas de regular la economía. Por esta razón quienes asumimos esta tradición de la Iglesia nos sentimos llamados a participar y contribuir en el bienestar de toda la sociedad. Pero Calvino tiene la acusación de ser uno de los que aportó al surgimiento del capitalismo y contribuyo en una ética individualista.

Otro aspecto que marca la perspectiva de la que voy a compartir es que la iglesia presbiteriana fue la primera Iglesia no católica que llegó a Colombia hace más de150 años invitada por los liberales para introducir una educación liberal en nuestro país. En ese tiempo el país era controlado por los conservadores y la Iglesia Católica que mantenía una educación conservadora. Así, la Iglesia Presbiteriana llega a Colombia con una propuesta política para toda la sociedad a través de la educación. Una educación basada en los principios liberales que se estaba desarrollando en Europa y Estados Unidos en este tiempo. Por eso la Iglesia Presbiteriana es una comunidad religiosa que tiene colegios y es más conocida por la educación que por sus iglesias.

Otra experiencia que ha marcado mi fe y trabajo pastoral es mi participación en el mundo ecuménico. En este encuentro además de aprender de las comunidades me alegra volverme a encontrar con personas que trabajamos en todo lo que fue el movimiento de las Comunidades Eclesiales de Base y el movimiento de Cristianos por la Vida, que fue un momento muy fuerte hasta los años inicios de los años 90s. Recuerden que en este tiempo fue la caída del socialismo real. Creo que esto hizo que nos dispersamos y cada uno empezó a buscar alternativas, a reconstruir nuestras esperanzas, utopías y la fe en nuevos procesos sociales. Después nos hemos encontrando muchos de esos cristianos que estábamos en las Comunidades Eclesiales de Base en el movimiento de los derechos humanos y en otros espacios como este.

Con esta perspectiva les comparto que la influencia de la teología de la liberación y del movimiento de las comunidades eclesiales de base me han permitido hacer una conexión entre la tradición de una teología reformada con la teología Latinoamericana y con una pastoral liberadora. Este ejercicio y experiencia que hemos vivido no ha sido solo a nivel intelectual sino también práctico y pastoral, procurando que la Iglesia Presbiteriana y el movimiento ecuménico se comprometa de manera clara con la defensa de los derechos humanos, la búsqueda de la paz y en el apoyo a las comunidades desplazadas y en resistencia como lo viven ustedes.

Desde esta experiencia, esta perspectiva teológica y lo que he aprendido en este proceso lo primero que quiero introducir en relación a como las iglesias podemos aportar a la construcción de sociedades justas es que necesitamos tener un entendimiento claro y coherente, entre lo que es ser institución y ser fiel al mensaje de Jesús. Estos es mantener el mensaje original del evangelio con pertinencia a nuestro tiempo sin que la institución nos limite o nos ponga solo en función de ella.

En la Iglesia Presbiteriana soy pastor pero además he tenido la oportunidad de estar en cargos administrativos en la Iglesia nacional y he vivido esa tensión. En estas condiciones nuestras iglesias luchan entre ser Institución, protegerse a ellas mismas, no correr peligros, mantener ciertos privilegios que nos da el ser líderes de ellas. En esta tensión hay líderes que optan por mantener esos privilegios y no correr riesgos. Otros luchan por vivir el evangelio más fiel a Jesús, esto es correr riesgos, asumir actitudes que nos ponen en contradicción con la sociedad y en especial con quienes controlan el poder y con la misma iglesia institución, especialmente con los sectores o personas que se dedican a cuidar la forma cómoda en que viven en la iglesia.

Esta relación entre ser institución y ser iglesia fiel a Jesús es fundamental en nuestro compromiso de aportar en la construcción de una sociedad justa. Cuando nuestra iglesia es una institución al servicio de ella misma tenemos la tentación de romper con ella pero también debemos tener en cuenta que hay caminos de mantenernos en la institución para que ella sepa que dentro de la Iglesia hay personas que cuestionan esta forma se entender la iglesia y se abran espacios para que el evangelio se mantenga como buenas nuevas de justicia y paz. En ese sentido asumo una posición bíblica y teológica que dice que la Iglesia no es para si misma, como dice Leonardo Boff. La Iglesia es para el mundo y para el proyecto de Dios en el mundo. Como lideres tenemos que entender que es en nuestra historia donde Dios desarrolla su proyecto de vida abundante, dirigido especialmente a los más desprotegidos. Si asumimos esa posición creo que podemos contribuir en los siguientes aspectos para aportar en la construcción de una sociedad justa.

En primer lugar como Iglesias tenemos que aportar en la organización y permanencia de comunidades inclusivas de fé que resisten a lo que se opone al proyecto de Dios y aportan a una alternativa de nueva sociedad. Aquí es necesario resaltar que la comunidad debe reconocer las diferentes diversidades que hay en nuestra sociedad y ser inclusivas con todas. Así, es bueno resaltar. Primero: lo que significa ser una comunidad inclusiva, un ejemplo de inclusividad lo hemos vividos estos días: cristianos de diferentes iglesias, personas que dicen no tener una práctica religiosa pero que tienen esperanzas, comunidades indígenas y afros juntas compartiendo y animándonos en nuestras luchas. El otro aspecto a tener en cuenta es la resistencia a un sistema de muerte que debe estar presente en la vida de las comunidades y la construcción de alternativas. De esto hemos visto mucho ejemplos en este encuentro que necesitamos mantener y fortalecer.

Un segundo punto es que debemos construir una ética que construya comunidad y unos liderazgos que vivan esta ética teniendo como modelo la vida de Jesús. Nuestra sociedad ha separado la ética de la política y hoy nos damos cuenta que no son suficientes los discursos y las leyes. Tenemos que construir acuerdos éticos, incluso que estén por encima de la ley que produce muerte como dice la palabra de Dios. La ética que acordemos debe proteger la vida humana y de la naturaleza, tener coherencia con lo que vivimos y guiar nuestro compromiso en todas las áreas de nuestra vida. Eso es lo que el evangelio y Pablo interpretaron como la gracia de Dios que está por encima de la ley y nos hace libres para participar de la construcción de la esperanza cristiana en la historia.

Otro punto es ayudar para que las comunidades locales establezcan redes con otras comunidades nacionales y a nivel global con experiencias que trabajan en los mismos objetivos que nosotros. Las iglesias tenemos la posibilidad de establecer relaciones a nivel local, nacional e internacional. Hoy con la ayuda de la tecnología y los medios de comunicación podemos potenciar estas relaciones y estas redes. Tenemos que participar en alianzas y hacer pactos o hermanamientos con quienes están trabajando en la búsqueda de la justicia, en la defensa de los derechos humanos y en incidir por la creación de políticas que garantizan la plena vigencia de los derechos humanos y del cuidado de la naturaleza.

Estos aspectos nos hacen reconocer de manera humilde que como iglesia somos un sector de la sociedad que puede contribuir con experiencias de búsqueda de justicia, que hay una gran diversidad de expresiones de fe y sociales que hoy están contribuyendo al mismo objetivo de aportar en la construcción de sociedades más justas para que podamos vivir en paz entre los seres humanos y con la naturaleza.

Milton Mejía
Presentación realizada el 10 de abril de2010
Encuentro Fe-Política