lunes, 10 de noviembre de 2008

Esperanza en el servicio a Dios

Sufrimientos y Esperanzas en el Servicio a Dios
Lamentaciones 1:1-6. Lucas 17: 5-10.

Los textos bíblicos nos ayudan a comprender y vivir el dolor de un pueblo que sufre la destrucción y el destierro y nos muestran la importancia de la fe en Dios para entender que cuando nos comprometemos como sus siervos solo estamos cumpliendo nuestro deber.

Veamos en los textos bíblicos y en nuestra experiencia de servicio a Dios como entendemos y sentimos esta experiencia:

1. Sufrimientos y Destierros de Ayer y de Hoy

El poema de la primera lamentación nos muestra el dolor de un pueblo que ha sido destruido. Las siguientes expresiones nos muestran el horror de esta destrucción: “Que solitaria esta la ciudad populosa, se ha quedado viuda, esta sometida al trabajo forzoso, pasa la noche llorando, no hay quien la consuele, marcho al destierro humillada y esclava, aun sus niños marcharon al destierro.”

Hoy desde nuestra experiencia en Colombia podemos comprender con más facilidad este texto.

Nuestro país es hermoso, los colombianos somos gente alegre que nos gusta disfrutar de la amistad, de la fiesta y amamos el vivir en paz. Colombia también es un país con mucha riqueza y con toda clase de recursos como petróleo, carbón, esmeraldas, flores, café, es el tercer país en el mundo con mayor biodiversidad y con grandes fuentes de agua.

Lamentablemente esta riqueza no la estamos disfrutando la mayoría de los colombianos. En nuestro país las riquezas están concentradas en un pequeño grupo de familias que se han mantenido como gobernantes, mientras cerca del 60% de la población vive en la pobreza.

Estos gobernantes presentan a Colombia como una democracia, pero en realidad nuestro país lo que se ha vivido es la eliminación sistemática de los partidos políticos y de todas las personas que han intentado hacer reformas para hacer posible una democracia real y produzca bienestar para todos los colombianos.

La respuesta de muchos colombianos a los que han gobernado de manera excluyente ha sido la de crear grupos guerrilleros. Esta es la razón por la cual nuestro país ha vivido en una guerra interna en los últimos 50 años que ha dejada cerca de 4 millones de colombianos que han tenido que pasar por la experiencia del desplazamiento, del destierro y del horror de la violencia. Tenemos más de quinientos mil colombianos buscando refugio en muchos países de LA, Europa y Norte América.

El autor de las lamentaciones al intentar dar una respuesta a la situación que está viviendo dice que ella ha sido provocada por los pecados y es como un castigo de Dios. Pero cuando leemos con detalle el texto bíblico nos damos cuenta en el versículo 10 que dice: “El enemigo ha echado mano de todos sus tesoros”. Con esto entendemos que la destrucción de la ciudad y el destierro del pueblo son producidos por el deseo de robar los tesoros y la riqueza del país.

Cuando nos preguntamos a que se debe tanto horror en nuestro país y analizamos un poco sus causas nos damos cuenta que detrás del asesinato y del destierro de tanta gente está el interés de los grupos que han gobernado que unidos con grupos económicos internacionales se apropian de las riquezas que están en las tierras de las comunidades campesinas, de los grupos indígenas y de grupos afro-colombianos quienes en su mayoría han sido los desplazados de sus tierras.

Este interés de apropiarse de estas riquezas lo han escondido en la lucha contra el narcotráfico, el la lucha contra el terrorismos y por eso encuentran apoyo de gobiernos extranjeros como el de Estados Unidos que en los últimos años ha dado al gobierno colombiano mas de 5 mil millones de dólares con los cuales se ha profundizado la crisis humanitaria de millones de colombianos y se ha incrementado la guerra.

2. La Fe y la Esperanza de Justicia en el Servicio a Dios

Nuestra fe en Dios es como una semilla de mostaza y nuestro deseo de servirle nos hace mantener la esperanza de un mundo donde todos los seres humanos vivan con justicia, felices y como miembros de la familia de Dios.

La fe nos hace ver más allá de las apariencias y el servicio a Dios nos compromete en el trabajo por mundo más justo y en paz. Por esta razón cuando descubrimos las injusticias somos movidos por el espíritu de Dios a trabajar por aquellos que son violentados y despojados de lo que Dios les ha dado para que vivan y disfruten de lo creado por Dios.

Los que han gobernado Colombia han sido muy hábiles y han logrado mostrar a muchos colombianos y gobiernos de otros países que en nuestro país hay una democracia fuerte y que están luchando contra el terrorismo y el narcotráfico.

La realidad dice lo contrario. En estos momentos está demostrado que en varias regiones del país los narcotraficantes y paramilitares obligaron con amenazas a muchos ciudadanos a votar y de esta forma elegir sus candidatos.

En estos momentos hay cerca de 35 congresistas encarcelados por haber pedido y recibido apoyo a estos grupos en sus campañas donde fueron elegidos. Estos congresistas todos hacen parte de la coalición que eligió al actual presidente de Colombia.

El gobierno con su política de seguridad democrática ha logrado convencer a muchos colombianos y a varios gobiernos entre los cuales esta el de Estados Unidos que la situación en Colombia está mejorando para que grupos económicos hagan negocios en nuestro país. Muchos de estos negocios se están desarrollando en tierras donde fueron desplazados campesinos, indígenas y afro-colombianos.

Hermanos y hermanas nuestra fe y esperanza en Dios nos ha movido como IPC a estar con los que sufren y son despojados de sus tierras en Colombia. Esto ha traído consecuencias para la iglesia, la cual ha sido acusada por organismos de inteligencia en Colombia de estar apoyando a la guerrilla.

Hemos pasado y estamos viviendo el destierro pero no somos los únicos, hay muchos colombianos desterrados en la misma Colombia y en otros países. Mucha gente nos pregunta por que ponemos en riesgo nuestra vida y ante esto respondemos lo que dice el versículo 10 de Lucas 17: “Somos simples siervos de Dios y solo estamos cumpliendo con nuestro deber.”

Por esta razón agradecemos sus oraciones y solidaridad y les invitamos que continúen apoyando a las comunidades desplazadas en Colombia, a las iglesias y organizaciones cristianas, derechos humanos en su trabajo de acompañar y apoyar los esfuerzos de comunidades campesinas, indígenas y afro-colombianos para que se les haga justicia y puedan regresar a sus tierras y ser felices como es el deseo de Dios.

Dios les bendiga.

Milton Mejía

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