sábado, 26 de septiembre de 2009

Presencia Militar de Estados Unidos en Colombia Aleja Esperanzas de Paz

La presencia del ejército de los Estados Unidos en 7 bases militares o como también lo han llamado el Plan Colombia mejorado ha generado mucha preocupación en casi todos los países de la región y en sectores de la sociedad civil y de iglesias en los Estados Unidos. Los países de la región citaron a la cumbre de presidentes en Bariloche, Argentina para que el gobierno colombiano y el de Estados Unidos dieran un explicación y los sectores de la sociedad civil en Estados Unidos escribieron una carta a la secretaria de Estado Hilary Clinton, pidiendo que reconsidere este acuerdo de cooperación militar con un ejército que ha sido acusado de manera reiterada de violación de los derechos humanos.

Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos hasta el momento han dicho que este es un acuerdo bilateral para no dar explicación a los gobiernos de la región y a los sectores de la sociedad civil en Estados Unidos se respondió el viernes 11 de septiembre con la certificación a Colombia en relación a la situación de los derechos humanos que permite liberar los 32 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico, dinero que el gobierno estadounidense había retenido. El vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, dijo que Colombia "ha hecho esfuerzos significativos por aumentar la seguridad de su pueblo" que justifican la certificación al Congreso estadounidense de que Colombia cumple con los criterios legales sobre derechos humanos y que los fondos estarán disponibles.

A pesar que en Colombia los medios han mostrado y documentado la forma como son violados los derechos humanos y hay preocupación de algunos sectores que han realizado protestas contra las bases parece que la preocupación no es muy fuerte. Por ejemplo amigos que viven en Malambo, un pequeño municipio en la zona metropolitana de Barranquilla donde está una de las bases en las cuales habrá presencia de militares de los Estados Unidos nos han dicho que la población está muy contenta con el anuncio de este acuerdo. La razón de su alegría es que afirman que por fin tendrán mejores servicios públicos y llegara mas progreso a esta pequeña ciudad.

También en estos días los medios de comunicación revelaron los resultados de una encuesta donde muestran que cerca de 70 % de los consultados están de acuerdo con la presencia de militares de Estados Unidos en bases Colombianas y Alfredo Rangel, quien es un de más fuertes defensores de la política del actual gobierno dice en su columna de opinión de la revista Semana: “En dos palabras, por ejemplo, con la presencia Norteamericana en nuestras bases militares, Chávez ya no va a poder seguir amenazándonos con atacarnos con sus aviones Sukhoi. Después de Bariloche Colombia está más segura: ahora estamos protegidos por el paraguas norteamericano” (Semana 1427).

De acuerdo con esta lógica que con la presencia de militares de los Estados Unidos en bases Colombianas tenemos más seguridad la protesta contra las bases no tendría sentido y la preocupación por los derechos humanos pasa a un segundo plano. Pero esta lógica que los gobiernos de Colombia y Estados Unidos usan y que incluso parece tener apoyo de un amplio sector de la población en Colombia es contraria al testimonio bíblico.

El profeta Isaías critica a Judá cuando el rey Ezequías se alió con Egipto para enfrentarse a los asirios. Según Isaías 30: 1 al 3 ante este acuerdo de cooperación militar entre Judá y Egipto el señor afirma: “! Ay de los hijos rebeldes que hacen planes sin contar conmigo y preparan proyectos que yo no les inspiro, de manera que amontonan pecado sobre pecado! Se van a toda a prisa a Egipto, y a mí no me consultan; buscan apoyo bajo la protección del faraón, se refugian bajo la sombra de Egipto. Pero la protección de faraón los defraudara, y el refugio a la sombra de Egipto será su humillación.

En los últimos años el gobierno colombiano ha mantenido un acuerdo de cooperación militar con los Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo. Este acuerdo ha sido muy criticado ya que sus resultados no ha sido los esperados y por el contrario durante su ejecución se ha incrementado la crisis humanitaria y de violación de los derechos humanos en Colombia. El gobierno actual realizó una negociación de desmovilización con grupos paramilitares y en el proceso de dar cuenta ante la justicia estos han confesado que en su lucha contra las guerrillas actuaban con apoyo del ejército y han reportado cerca de 26 mil asesinatos. En este contexto el actual gobierno proclama el triunfo de su política de seguridad con lo cual justifica la búsqueda de una nueva reelección y anuncia que con la presencia de militares de los Estados Unidos en bases colombianas obtendrá el triunfo final sobre los grupos terroristas.

Este triunfalismo militar y el apoyo de la opinión pública no coinciden con las viajas y nuevas formas de violencia que se están desarrollando tanto en el campo como en la ciudades. Hoy se reconoce que los colombianos no nos sentimos seguros en la ciudades, que hubo una desmovilización de un grupo de paramilitares pero que muchas de sus estructuras económicas y políticas no fueron desmontadas por lo que siguen actuando con otros nombres. Por otra parte el gobierno niega el conflicto armado interno pero usa la amenaza terrorista y del narcotráfico para fortalecer al ejército y renovar los acuerdos militares con los Estados mientras las guerrillas están incrementando el reclutamiento forzado de nuevos miembros y sus acciones armadas.

Sectores sociales y de iglesias teníamos esperanza que la llegada de un nuevo gobierno a los Estados Unidos podría generar mayor exigencia de respeto a los derechos humanos al gobierno colombiano y una mayor apoyo para fortalecer el trabajo de búsqueda de paz en Colombia. La realidad nos está mostrando lo contario. La presencia y como lo han anunciado las acciones conjunta entre el ejército de Colombia y de los Estados Unidos contra las guerrillas involucran a este ultimo en la guerra en Colombia y ha creado una gran preocupación en la región dado que hay temor que Estados Unidos use las bases colombianas para vigilar y atacar a gobiernos que se proclaman de izquierda en sur América.

Los sectores sociales y las iglesias tanto en Colombia como en los Estados Unidos ante este panorama tenemos el reto de fortalecer nuestro trabajo por el respeto a los derechos humanos y por el derecho que tienen cada país a definir internamente sus políticas y las formas de resolver los conflictos en el marco del derecho internacional. En especial en Colombia donde el apoyo y la presencia militar de los Estados Unidos da una sensación de seguridad mientras ya muchos sectores entre los cuales están las iglesias empiezan a decir que ni se gana la guerra y lo que hemos perdido en los últimos años es el respeto a la vida, las ultimas reservar éticas que nos quedaban ante la corrupción y lo poco que tenemos de democracia.

Germán Zarate
Oficina de Diaconía
Iglesia Presbiteriana de Colombia

Milton Mejía
Observatorio Iglesia y Sociedad en Colombia
Universidad Reformada

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