jueves, 7 de octubre de 2010

Pensando en la Misión desde la Paz y la Reconciliación

En primer lugar agradezco esta invitación y me alegra compartir con muchos de ustedes nuevamente que nos acogieron por cerca de tres años como parte de la PC (USA) en este país.

No es fácil en estos momentos compartir sobre la misión de la iglesia en una perspectiva de incidir por la paz y la reconciliación. Esto en razón que en mi país parece que está triunfando una lógica que la paz se puede lograr con una estrategia militarista que se ha venido aplicando de manera continuada entre los últimos gobiernos de Colombia y los Estados Unidos.

Por otra parte el conflicto en mi país pierde interés de la comunidad internacional, de muchas iglesias y organismos ecuménicos de cooperación que en los últimos años han estado concentradas en cómo dar respuesta a la crisis económica que estamos viviendo en el mundo. Estos dos aspectos soportan la siguiente reflexión con los desafíos que les propongo.

Planear la misión en medio la crisis económica con una lógica des mercantilizada
Tenemos que reconocer que las crisis económica ha afectados a todos las personas y se ha sentido en todos los países. Esta crisis es una de las razones que nos tiene revisando la misión y el funcionamiento de nuestras iglesias y organismos ecuménicos en todas partes. El asunto es que para responder a esta crisis y permanecer fieles a Dios no podemos hacerlo desde la lógica económica con la cual funciona el mercado. Nuestra costumbre general es que necesitamos asegurar los recursos económicos para hacer misión pero hoy estos recursos no los tenemos garantizados y los que teníamos se han reducidos.

Ante esta situación la tendencia es a reducir la misión en todos los ámbitos y pensar en cómo conseguir recursos para seguir adelante con el llamado que Dios nos está haciendo. La pregunta es ¿Cómo hacer misión sin poner como primera condición que tenemos que asegurar los recursos económicos? Creo que no hay respuesta o recetas. Tenemos que intentar desarrollar experiencias donde tratemos de romper con esta lógica y les comparto una: El CNI y CWS de Estados Unidos acabaron de hacer una visita a Colombia para mostrar solidaridad a los desplazados y fortalecer la incidencia por la paz en la región. Esta visita casi no se realiza ya que no teníamos los recursos para recibir a la delegación en hoteles en nuestros países. Ante esta falta de recursos garantizados los líderes de las iglesias en Colombia ofrecieron recibir a la delegación en sus casas. De esta forma La visita se realizó sin tener los recursos garantizados. Hoy después de la visita tenemos expectativa de fortalecer relaciones entre iglesias y organismos ecuménicos de América Latina y Estados Unidos en un trabajo conjunto de solidaridad con los desplazados, los migrantes y la paz en Colombia.

Pero no es fácil tener experiencias como esta. Hay un aspecto que presento a continuación que necesitamos tener en cuenta para no dejarnos guiar por una lógica economicista.

Develar y romper con la idolatría al dios del mercado

Para empezar a romper con una lógica no mercantil o economicista es bueno recordar que en América Latina y en otros países del mundo hay teólogos y teólogas que afirmamos que este modelo económico que ha generado esta crisis ha configurado una forma de cristianismo que está influyendo en nuestra forma de ser iglesia. Este es un cristianismo donde se hace énfasis en la guerra para erradicar el mal, pone su centro en el crecimiento, en la prosperidad y en un racionalismo frio que solo busca la preservación de la iglesia como institución. En este cristianismo el Dios bíblico ha sido remplazado por mamon que pone precio a todo. Es un cristianismo sin la gracia de Dios para todos los seres humanos, sin un compromiso por la paz, la reconciliación y la transformación social. Este cristianismo anula la diversidad y se siente con el mandato de Dios de eliminar el mal del mundo.

Las iglesias tenemos que revisarnos a ver hasta donde hemos sido influenciados por este falso dios y cristianismo para empezar a trabajar en el siguiente aspecto.

Recuperar la espiritualidad bíblica y aprender de grupos indígenas y afros

Necesitamos recuperar la espiritualidad bíblica. En la biblia la espiritualidad es parte del cuerpo, dicho en otras palabras sin cuerpo no hay espiritualidad. Nuestra cultura accidental racionalista e instrumental ha separado el cuerpo del espíritu y le ha quitado el espíritu de Dios a su creación. El modelo económico en que vivimos por esto considera que todos somos recursos humanos y toda la creación de Dios es un recurso natural. En esta lógica todo recurso tiene valor económico y su utilidad está en que produzca ganancias para unos pocos.

En América Latina quienes luchan de manera más clara por no dejarse influenciar con esta lógica mercantil son las comunidades indígenas y afro descendientes. Ellos hacen esta lucha desde su espiritualidad que concibe que el espíritu de la vida está tanto en nosotros como en la naturaleza. Es una espiritualidad que concibe que todo está conectado e interrelacionado. Todo es sagrado ya que tiene el mismo origen. Según estos pueblos somos una red de relaciones en conexión permanente que cuando la naturaleza sufre nosotros también sufrimos. Creo que esta es la misma metáfora que Pablo aplica a la iglesia cuando afirma que ella es el cuerpo de Cristo donde mora el espíritu de Dios. Los indígenas usan una metáfora parecida afirmando que en toda la creación habita el espíritu de Vida. Esta perspectiva no es antigua de los indígenas. Hoy la ciencia afirma que nuestro planeta es un organismo vivo que siente cuando se hace violencia contra él.

A partir de estos tres aspectos creo que para tener una entendimiento de la misión que ayude a incidir en la superación de las raíces de la violencia desde una perspectiva bíblica donde la paz es fruto de la justicia necesitamos romper con la lógica del dios del actual sistema económico. En lugar de esta lógica necesitamos trabajar juntos para reconstruir la misión como relaciones de trabajo conjunto y de aprendizajes mutuos donde lo central es la gracia de Dios, el cuidado de su creación y la solidaridad entre nosotros. Este es el gran desafío de incidencia que tenemos para superar la violencia y hacer una posible la paz donde nos reconciliemos con Dios, entre los seres humanos y con su creación.

Milton Mejía
Presentación realizada en Mission Crossroads. Conference 2010
Lousville,KY. 1-10-10

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