jueves, 7 de agosto de 2008

EXPERIENCIA Y REFLEXION DE LA VISITA A NUEVO MEXICO

EXPERIENCIA Y REFLEXION DE LA VISITA A NUEVO MEXICO

Durante casi dos semanas (Julio 23-Agosto 4) tuvimos la oportunidad como familia de visitar Nuevo México invitados por la Iglesia Presbiteriana Westminster de Santa Fe y por Presbyterian Peace Fellowship para participar en la Semana de Paz que se realizo en Ghost Ranch una hermosa finca de campamentos de la PC (USA) ubicada en medios de montañas con poca vegetación pero donde se puede ver la diversidad de colores de la tierra.

Fue un tiempo de mucha bendición ya que pudimos encontrarnos y compartir con acompañantes amigos, algunos de los cuales no veíamos desde que nos conocimos en Colombia. También fue de mucha alegría conocer otras personas que han participado en el Programa de Acompañamiento, predicar en la iglesia Westminster y compartir sobre la realidad de Colombia y los esfuerzos de las comunidades en la búsqueda de justicia que nos permita vivir en paz como colombianos.

La alegría de compartir con amigos, personas de las iglesias en Santa Fe y con quienes participaron en la Semana de Paz se hizo mas significativa cuando pudimos hacer parte de tres experiencias que creo vale la pena compartir ya que muestran que como iglesias estamos trabajando en diferentes niveles para ayudar a la gente que mas sufre, construir alternativas para vivir en paz y hacer realidad la esperanza cristiana de un cielo nuevo y una tierra nueva.

La primera de estas experiencias fue la que vivimos en Santa Fe donde personas de las iglesias presbiterianas están organizadas para ofrecer un desayuno a muchos inmigrantes que desde muy temprano se ubican en la esquina de un parque para esperar que alguna persona les contrate para trabajar durante el día. Pude dialogar con una de estas personas y me contó que lleva 5 años viviendo en esta situación, que hay días cuando no pueden trabajar ya que son perseguidos por la migra y otros días les toca trabajar por lo que les ofrezcan.

Otra experiencia significativa fue la protesta de más de 200 personas en los Álamos, la ciudad donde se construyo la bomba atómica que luego fue lanzada en Hiroshima. Este grupo de personas entre quienes estábamos un grupo de los participantes en la Semana de Paz nos ubicamos en pequeños grupos con pancartas de protesta contra la guerra a lo largo de una de las calles principales de la ciudad y después de regar ceniza en la tierra tuvimos un tiempo oración durante 30 minutos. Con este símbolo recordaban a muchos profetas que como señal de protesta y dolor ante los males de la sociedad de su tiempo se cubrían de ceniza en las calles de la ciudad.

Durante la semana de paz participamos en el taller “Pactos Comunitarios” donde un grupo de cerca de 20 personas reflexionamos y trabajamos sobre como construir y vivir en una comunidad intencional local y global que desarrolle un compromiso identificado por el trabajo en la justicia y por la paz, un compromiso para contrarrestar la cultura dominante desde una espiritualidad que nos una como creyentes con la practica del cuidado de la creación y en un compromiso disciplinado con dar solidaridad y hospitalidad a quienes sufren en nuestro mundo.

Estas experiencias de compartir con personas hermanas en la fe, amigos y amigas y sentir que en muchos lugares como cristianos estamos haciendo esfuerzos por servir a quienes mas sufren, que nos resistamos a aceptar la crueldad de la guerra y que en muchos lugares se están buscando formas de construir formas alternativas de vida y de ser comunidad a lo que impone la cultura dominante nos muestra que el espíritu de Dios continua actuando para alimentar la esperanza que es posible una tierra nueva y un cielo nuevo en nuestro tiempo donde todos los seres humanos y la creación de Dios podamos vivir con dignidad.

Milton Mejía
Chicago. Agosto 7, 2008.

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